1. Maringues, la ciudad de los curtidores en Auvernia
Al noreste de Terra Volcana, a orillas del Morge y a pocos kilómetros del gran río Allier, se encuentra un pueblo muy especial: Maringues.
Esta situación ideal le ha permitido desarrollarse económicamente desde la Edad Media. En el siglo XVI, el pueblo era el segundo centro comercial de Auvernia y uno de sus puertos más importantes.
Este fue el apogeo de las curtidurías de Maringues, y lo siguió siendo hasta principios del siglo XX.
En 1860, todavía funcionaban unas sesenta tenerías, y hoy en día un paseo por el centro histórico a orillas del río Morge es una buena manera de descubrir este patrimonio.


Etapa 1 desde el Pont des Fainéants, donde se alza la escultura de piedra volcánica de un curtidor. Se llamaba así porque los obreros en paro solían reunirse aquí para esperar a que los «patrones» en busca de mano de obra vinieran a robarles.
Desde aquí se tiene una vista ininterrumpida de la Grande Tannerie, sin duda el edificio más emblemático de Maringues. Si no puede visitarlo, puede caminar por la orilla del río para dar un agradable paseo de curtiduría en curtiduría hasta el mercado del cuero. Otras razones para disfrutar de un paseo por Maringues las encontrará en la visita con audioguía: ¡una pura delicia para explorar la historia de la ciudad de una forma diferente!
Consejos
- Aproveche su estancia en Maringues para probar el restaurante Clos Fleuri y sus habitaciones. Su jardín es ideal para pasar un verano en plena naturaleza.
- Los lunes por la mañana tiene lugar en Maringues uno de los mercados más típicos de Auvernia. Uno de los más destacados es el mercado de aves de corral, heredado del floreciente pasado del pueblo. También es la ocasión perfecta para probar el Maringuois, un queso elaborado con leche cruda de vaca y ajo de Auvernia, que sólo encontrará aquí.













