3 buenas razones para visitar Maringues en Puy-de-Dôme

Una vez que haya explorado Maringues, ¿qué le parece descubrir los paseos y excursiones más bonitos de los alrededores de esta ciudad de curtidores? Le recomendamos que respire aire fresco en los alrededores de la Butte de Montgacon, donde podrá dar un paseo familiar de 4 km o una caminata más exigente de 17 km.

Este antiguo montículo feudal, coronado por la estatua de Notre-Dame des Moissons desde 1953, es ahora uno de los miradores más bellos sobre la llanura de Limagne y la Chaîne des Puys a lo lejos. En definitiva, un auténtico balcón sobre los volcanes, que también revela elementos clave del patrimonio local: un palomar, un lavadero, un telar de herrar… ¡Así que coja sus botas de montaña o sus zapatillas de deporte y disfrute de los tesoros de las alturas de Maringues!

¿Le apetece tomar el sol en una de las poco frecuentadas playas de guijarros? A pocos kilómetros de Maringues, diríjase a la aldea de Vialle, donde confluyen los ríos Morge y Allier. Desde este pueblecito, un sencillo sendero temático de 5 kilómetros serpentea a lo largo del agua, contándolo todo sobre la vida del río y su biodiversidad.

Cuando hace buen tiempo, este lugar idílico se convierte en un paraíso para los amantes de las tardes de sol y agua.

Pssssttttt… ¿Quiere prolongar el placer? El restaurante Clos Fleuri de Maringues y sus habitaciones le esperan para pasar unos momentos sabrosos, mientras que las casas rurales de los alrededores prometen descanso y relajación a todos los curiosos.